lunes, 31 de marzo de 2014

Peluson


"Luis Alberto"
Acuarela 2013

BELLEZA CREPUSCULAR
LUIS ALBERTO SPINETTA: PELUSON OF MILK (1991)
En 1991 Luis Alberto Spinetta editó Peluson of Milk, un álbum elogiado tanto por la crítica como el público, cuyo título estaba inspirado por el nacimiento de Vera, su hija menor. Este era un trabajo luminoso que daba cuenta de un gran momento personal y compositivo de este artista enorme, el reflejo de un viraje en su carrera que mostró a un Spinetta casi “de entrecasa”. Además, este disco, el último de Luis editado en vinilo, estaba repleto de hermosas canciones, y  por eso luego sería reconocido como uno de los mejores álbumes del rock nacional de los ´90. Peluson… era una obra íntima, un material pergeñado casi en soledad, en el que Luis -de la misma forma que lo había hecho anteriormente en  los recordados Artaud y Kamikaze- se hizo cargo de casi todo el armado del disco, ejecutando él solo varios instrumentos a piacere. A propósito de esto, una vez le pregunté en una entrevista a Guillermo Arrom, el guitarrista del Flaco de 1986 hasta 1993, por qué Spinetta había hecho Peluson of milk más en plan solista que junto a su banda, como lo venía haciendo desde la época de Prive (1986). Según Arrom, esto se debió a que “la banda había quedado desarmada a partir de un show en La Plata (en 1990), en donde Luis sufrió un shock eléctrico. Sin embargo, yo participé de la grabación de un montón de temas del disco, como “Ganges”, “Cielo de ti”, “Hombre de lata”, “Panacea” o “La Montaña”. Bueno, luego de que Luis decidió desarmar la banda, como yo necesitaba trabajar, me puse a tocar junto a Fabiana Cantilo. Sin embargo, él volvió a reunir a la banda para un show más –como para dar un cierre a esa etapa- en mayo del ’93, en Los Angeles.”

LAS CANCIONES:

Peluson of Milk tenía momentos de plena calma celestial en temas como "Panacea”, “Cielo de ti" y "Jilguero". En estas canciones se destacaba la voz de Spinetta, a quien podemos escuchar solamente acompañado por su guitarra acústica. Sin embargo, estas canciones eran la excepción en un disco en el que, más allá de la soberbia interpretación vocal de Luis y sus guitarras con mucho chorus, sobresale el uso del sequencer, los samplings y de circunstanciales sonidos de sintetizadores, que guiaron las melodías de los diferentes temas. Sin dudas, la canción más recordada e inesperado hit radial de este álbum fue "Seguir viviendo sin tu amor", dedicada por Luis a Patricia Betty Salazar, su pareja de entonces y madre de sus cuatro hijos. Esta debe ser una de las canciones de amor más hermosas compuestas jamás en el rock argentino, con una letra para nada cursi que expresa tanto las típicas crisis cotidianas –en las que se incluyen tanto las peleas como las reconciliaciones- que atraviesan una pareja a través de los años, así como el profundo amor que unía a los dos protagonistas de esa historia. Esta canción también tenía un video clip muy recordado en el que el rostro de Spinetta era iluminado por unos rayos láseres mientras éste la cantaba frente al típico micrófono de condensador, infaltable en los estudios de grabación. Por su parte, en esa obrita críptica llamada "La Montaña" se relataba, en forma casi onírica o “volada”, la lucha de su protagonista por defender "su" montaña. Es para destacar, acá también, el video clip de la canción en donde descubrimos al final que la frase “trepen a los cerros, ya llega la Aurora” se refiere a la llegada de una heladera (!) Como si fuera otro chiste de Luis, quien siempre se destacó por su humor rápido y filoso al que conjugaba tan bien con todo el lirismo y originalidad de su persona. "Cada Luz" era un bello y tranquilo tema dedicado a Vera, su hijita recién nacida. En "Lago de Forma Mia", una balada electrónica muy acertada, Luis se daba un pequeño “lujito” haciendo aparecer la voz sampleada de su admirado Tangalanga. Por otro lado, la poesía hermética y cerrada de Spinetta se hacía presente en "Domo Tu","Ella Bailó" y "Pies de atril", ésta última una canción inspirada en la figura del longevo emperador japonés Hirohito. Mientras que "Ganges" sonaba como un tema pop muy elaborado, en "Bomba Azul" y "Cruzarás" renacía esa forma en que Spinetta mezclaba sus dos mundos músico-lirico en los ´90: lo acústico y la máquina. En “Hombre de Lata” la “denuncia” de la letra hacía los seres vacios de esta era post moderna llegaba por medio de una crudeza sonora que crispaba los nervios y ponía la piel de gallina. Luego, Peluson of Milk concluía con un inspiradísimo y sutil tema llamado "Dime La Forma" que, con su impronta jazz y pop, recordaba un poco al material de Spinetta Jade de principios de los ´80. Una “forma” ideal (valga la redundancia y humorada…) de finalizar un disco hermoso e inolvidable.

Emiliano Acevedo 2014.


lunes, 17 de marzo de 2014

El último moderno


"Federico Moura"
grafito y digital 2014

Creo haber escuchado la frase “Hay que salir del agujero interior” cantada por mi tío insistentemente, cuando era muy chico, claro que por aquel entonces, yo no sabía quién era virus, mucho menos Federico Moura, pero empecé a repetir aquel estribillo sin entender realmente que querían decir aquellas palabras, tiempo después, una mañana de domingo, caminando por la feria de Monte Chingolo, me topé con un cassette “Virus Grandes Éxitos” que escucharía hasta el hartazgo, si bien el arte de tapa no me gustaba (una foto de su vocalista con un saco blanco, micrófono en mano, en pleno show) la frase “Grandes éxitos” me sugería que iba a conocer gran parte de su obra, y así fue.
Más adelante el primer disco que escuche entero fue “Agujero interior” que me lo presto mi amigo Coco, una imagen y sonido más rockero, con una foto sugerente, imagen movida, con sus camperas de cuero estilo ramones,  luego escuche “superficies de placer” que me lo presto otro amigo Javi, me gustaron los temas, un poco más densos por momentos, y la tapa me parecía genial, con ese culo oscuro en primer plano, que nos traía la voz de Federico, por última vez al frente de la banda. Pero llegue al disco que más me gusta “Locura” muchos años después, creo que es el más parejo, es un disco que me gusta entero, el arte de tapa me encanta aún más que el de Superficies, una ilustración de estilo ochentosa, que me recuerda a los posters pagsa, un estilo de imagen que adornaba las habitaciones de los adolescentes por aquellos años. La voz de Federico, ese ser etéreo, que parece haber venido del futuro, para deleitarnos, con su encanto vocal y su imagen andrógina, se luce realmente, con esa ambigüedad que lo caracteriza, quizás, el tipo con más sutileza del rock argentino, creo que el adjetivo más adecuado para su voz, y que va más allá de su imagen,  es elegante…una voz elegante.  Que maneja los silencios y la pronunciación como ningún otro.
No entiendo por qué, la prensa, insiste con la influencia de Virus en bandas como Miranda, y como podemos reconocer su sonido en estos  supuestos “nuevos modernos” la verdad es que,  no veo nada de moderno en Miranda, sino más bien, un revival de estilos o estéticas pasadas, una obsesión por el melodrama telenovelesco de los 80, con Los hermanos Pinpinela sonando de fondo, versionados por el agudo insoportable de Ale Sergi , coronado por la escuálida guitarra de Lolo.  No veo ningún tipo de riesgo en sus canciones, como si las veo, en las de  los hermanos Moura, donde todo estaba por hacer en nuestro pais,  con respecto a la música hecha con sintetizadores. En definitiva nunca lograron sorprenderme, como sí lo hicieron, en algún momento, sobre todo en sus primeros discos,  Los babasónicos, otra banda muchas veces comparada con virus.
  
Hace unos días, escuche por primera vez, gracias a la magia de youtube “Relax” que nunca había escuchado entero, debo decir que esta banda, si, nunca deja de sorprenderme, sin dudas, fueron los primeros modernos, tipos adelantados a su tiempo, claro que esto no es ninguna novedad, pero no está mal volver a repetirlo, podemos citar la frase de sus vecinos de La plata, para definirlos “El futuro ya llego, hace rato” y también ya se fue.