El disco refleja muy bien su época 1983, cargado de un aire claustrofóbico, con un grave bien marcado por el bajo y la voz de Mark Burguess, cortado por los agudos juguetones de las guitarras de Red y Dave Fielding, quien además toca teclados. La batería constante y de sonido seco característico del post punk sostiene muy bien todo el disco. Si bien casi toda la placa mantiene el mismo estilo, como una obra conceptual desde que arranca con el épico “Don´t fall” En el segundo tema se animan a un homenaje a John Lennon “Here Today” con una letra muy emotiva y un bello trabajo de guitarras, al final lo enganchan magistralmente con un sonido de caño corrugado de electricidad bajando un instante la intensidad con el comienzo de “Monkeyland” hasta que vuelve a estallar en su estribillo una letra cargada de desesperación y soledad, relata cómo se sentía la banda en su pequeña localidad de Middleton, cuando soñaban con conquistar el mundo. Seguidamente sobresalen con “Second skin” la canción que logro sacarlos de aquella pequeña localidad, un tema que fue bastante difundido en las radios, creo haber escuchado por primera vez el tema en el recordado programa “Domingo, Maldito Domingo” de Juan Di Natale, que luego pasaría a llamarse “Sábado Maldito” Considerado por muchos fans y critica como su mejor composición, una canción con una melodía emotiva, comienza con unos teclados a modo de cuerdas celestiales que van dando paso a las guitarras que desarrollan un hermoso riff luego de la primera estrofa casi replicando la melodía de teclados del comienzo y que se repite a lo largo del tema, además del bello trabajo sonoro cuenta con una poesía profunda y sugerente.
“Mi vida entera pasó ante mis ojos
Pesé, lo que dicen es verdad
Me he despojado de mi piel y mi disfraz
Si esto es de lo que están hechos los sueños
No es de extrañar que sienta que estoy flotando en el aire”
También se destacan “Pleasure and pain” “Up the down escalator” que recuerdan por momentos al Echo and the bunnymen de la primera época y “Thursdays Chilld” que relata el tema de dejar atrás la niñez, nuevamente aquel niño eterno, que se niega a abandonar su infancia, nos interpela tristemente desde la portada, cual Peter Pan en clave post punk rabioso.
Finalmente cierran con un tema cargado de emotividad “View from the Hill” que relata los viajes de ácido de Mark en la colina Tandle Hill de su pequeña localidad desde donde se puede ver Manchester, sin dudas un gran cierre para un disco poco conocido pero fundamental de los dorados años ochenta.
Si bien la banda nunca llego a tener el éxito masivo que tuvieron varios de sus contemporáneos, lograron edificar un sonido con voz propia y ser un referente para muchas bandas posteriores. Sobre todo, por sus dos primeros discos, que al día de hoy podemos considerar imprescindibles en la música independiente. Muchas de las llamadas bandas de Post Punk Revival como Interpol o Editors suelen mencionarlos como uno de sus mayores referentes. Y a lo mejor ese sea el verdadero poder camaleónico, estar presentes y vigentes sin que muchos puedan notarlo, así que, si todavía no los has escuchado, hazlo, nunca es tarde para conocer a The Chameleons.
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