viernes, 1 de marzo de 2013

Las puertitas del señor Mojo


                                      
"Jinetes de L.A"
tinta y digital 2013

Creo que ninguna banda, o pocas, tuvieron un primer y último disco tan contundentes como The Doors,  aquel primer disco que incluía temas como “Light my fire”, “The crystal ship” “Alabama song (whisky bar)” o “The end”. Según cuenta la leyenda fue compuesto en un fin de semana y luego de varias presentaciones en vivo, grabado en pocos dias, demasiado perfecto para tan poco tiempo de gestación, más aún, si tenemos en cuenta que en el año 1967 cuando fue concebido, se grababa en 8 canales y muchas veces de una toma y en vivo.
Más allá de la imagen arrolladora de Morrison en escena, su relación con la poesía, su carácter chamánico en las presentaciones, donde incitaba al desorden y donde en muchas oportunidades terminaba en cana, como es sabido, los músicos que lo secundaban formaban un frente de sonido que además de sostener la performance del vocalista, aportaban toda su originalidad a las canciones, tanto en los arreglos como en las bases. Esto puede verse en la película biográfica “Weare strange” del año 2011, tan alejada de aquella película de Oliver Stone, que nos presentaba a muchos neófitos a un Jim Morrison un tanto goma, representado por el entonces físicamente parecido Val Kilmer, que sirvió de alguna manera para acercarnos al hombre y al mito. Recuerdo que por aquellos años del estreno, comenzó a expandirse el rumor de que Jim en realidad estaba vivo y era ni más ni menos que el mismísimo Stone, seguramente una estrategia de mercado para promocionar la peli.
Luego de varios años en el ruedo, y con un Morrison alejado de los escenarios y pensando seriamente en abandonar la música, para dedicarse de lleno a la escritura, se gesta “L.A Woman”, un disco blusero, que según cuentan, fue posible convencer al rey lagarto de volver al estudio con el argumento que el disco iba a contar con la participación de Jerry Sheff, bajista de Elvis, de quien él era fanático.
No creo que exista un tema más perfecto para una tarde-noche de tormenta que “Riders on the storm”, una melodía melancólica, iluminada por el característico sonido del teclado y la guitarra, que marca el fin del último disco, con el que estos muchachos de Detroit se van silbando bajito, mientras apagan la luz y cierran la puerta, aquella que una vez supieron abrir para ir a jugar.
En el medio, existen seguro, buenos temas, buenos discos, buenas melodías, buenas poesías y millones de historias de esta mítica banda, como por ejemplo “Strange Days” para algunos fue un fracaso de ventas, pero repleto de canciones geniales, disco que yo considero fundamental en su discografía, junto a estos dos la trilogía perfecta, pero me parece que nada es comparable a su debut y despedida.
Ojala Mr Mojo nunca hubiera dado aquel portazo final, ni se hubiera marchado hacia el infinito, tras esa chica de Los Ángeles.

2 comentarios:

chamuye aquí