viernes, 28 de junio de 2013

Sonidos Santos


"Cerati/Melero"
tinta y digital 2013
Ariel Tenorio.

Vueltas por constelaciones lejanas
  
Dos años antes de tener mi primera guitarra eléctrica y tocar mis primeros acordes, grabé un disco: Constelaciones. Nos pasamos horas con Mariano, un amigo, improvisando canciones con un teclado Casio o Yamaha (básico, pero que tenía una opción para grabar una secuencia de sonidos, una especie de sampler muy rudimentario) y algunos instrumentos de percusión. Eso fue a principios del año 1992. Un tiempo antes había salido el disco Colores santos de Cerati y Melero. Lo escuchábamos todo el día en la Ferretería de mi amigo y no pasó mucho tiempo hasta que imaginamos hacer un disco que, claro, sería un afano.
Debo confesar que no recuerdo mucho las canciones, pero creo que eran más bien del estilo de “Quatro” o “Alborada” (colchones de teclado y bases insistentes), porque con los conocimientos limitados que poseíamos de música no creo que hayamos logrado nada semejante, ni siquiera cercano, al disco de Gustavo Cerati y Daniel Melero. De todas formas, más allá de lo formal, grabamos el casete con un viejo grabador que tomaba sonidos de aire y nos divertimos mucho. Luego hicimos una tapa, ¡en la que no faltaban las imágenes de planetas y otros astros! Unos años después, con mi hermano Ariel (creador de este blog) en bajo y voz, Mariano, el colo, en batería y yo en guitarra y voz formamos una de las primeras bandas de rock en las que toqué. Ahora que escribo esta reseña, pienso que tal vez no fue casualidad que una de las canciones de Frecuencia, así se llamaba la banda, se titulara “Fugaz” y que dijera en el estribillo: “como una estrella fugaz...”. En fin, esa influencia espacial de Colores santos nos perseguía todavía… 
Si me pidieran algunas características del disco de Cerati/Melero podría decir que se trata de  ecos insistentes, flujos de sonidos electrónicos, acoples de guitarras distorsionadas. Un adelanto de lo que después sería Dynamo, para mí, el mejor disco de Soda. Porque en Colores santos ya se pueden encontrar algunas influencias bien marcadas de la música noise inglesa, por ejemplo, las guitarras saturadas del final de “Vueltas por el universo”, las de “La cuerda planetaria” o “Marea de Venus” nos remiten directamente a bandas como The Jesus and Mary Chain, My Bloody Valentine o Sonic Youth.
Pero el disco, además de influencias, también tiene rasgos propios e inconfundibles del estilo de estos dos grandes músicos argentinos. Por ejemplo, en “Tu medicina” nos encontramos con un tema más cercano al sonido de Canción animal (hasta se podría decir que quizás es la continuación de “Té para tres”, porque el tema habla de la muerte del padre de Gustavo Cerati, a quien está dedicado el disco): los solos de guitarra más bien virtuosos, algunos arpegios y las melodías de voz; algo similar pasa con el tema “Colores santos”, que podría ser tranquilamente un tema de Soda. En cuanto al estilo de Melero, se hace presente en los temas más electrónicos como “Quatro” o “La cuerda planetaria”, además, el tono más monótono, grave y desganado de la voz de Melero (muy distinto al de Cerati) en temas como “Cozumel” que, a mi entender, tiene una de las mejores frases del disco: “El aire ríe, sin respuestas...”.
Espero que les haya gustado esta reseña/anécdota. ¡Ari, gracias por la propuesta de escribir sobre este discazo!

Hernán Tenorio


   

Aqui un pequeño documental de como se grabo

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